Historia de Tórtola 1947

Érase una vez un hombre llamado Francisco Pérez Ibarra natural de la ciudad de Elche y conocido por sus amigos y vecinos como “El Roig”. Desde niño la vida de Francisco estuvo marcada por el trabajo, el esfuerzo y la dedicación. Y no es sorprendente porque en esa época, allá por el 1930, lo habitual era que la vida laboral comenzase muy temprano. 

 

11 años tenía “El Roig” cuando empezó a trabajar como camarero del café Bastián y el sueldo era par ayudar a la familia con los gastos. Pero si algo caracterizaba a Francisco, además de su dedicación al trabajo, era la inquietud y la curiosidad que le empujó a seguir estudiando a la vez que servía las mesas del café Bastián. Con el paso de los años y, gracias a su espíritu perseverante, logró titularse como perito mercantil. Además de eso dio clases en la academia Orpa y trabajó como contable en La Viuda de Maciá. 

 

Después de esta experiencia, en el año 1947, decide emprender y montar una pequeña fábrica de vulcanizado en la calle Curtidores de Elche, la ciudad que le vio nacer, esforzarse y crecer.

La ilusión de abrir su propio negocio le llevó a trasladar su vivienda a la primera planta, en el lugar donde estaba situada la fábrica. De esa manera el ruido de las máquinas y el olor a goma vulcanizada se colaría por puertas y ventanas inundando la casa de “El Roig”. Casi hasta el final de su vida éste sería su feliz día a día, rodeado de materiales, herramientas y aromas de su fábrica.

Tórtola, marca de calzado en Elche, ya había nacido y le auguraba un gran futuro. En el 1947 se fabricaba un único modelo en dos colores: azul y negro. Éste se vendía por docenas y se valoraba en céntimos. Antonio García, su primer representante, y Francisco cogieron sus bicicletas, pedalearon y empezaron a visitar las tiendas de la provincia de Alicante y Murcia. Así empezó la expansión y el crecimiento de La Perdiz y Tórtola” y la venta de cientos de docenas de zapatillas. 

Pasó el tiempo y llegaron los maravillosos años 60 para la marca de calzado en Elche, Tórtola. El volumen de trabajo se incrementó y el aumento obligó a trasladar la fábrica a la Plaza Polo. Con este cambio continuó la evolución: se contrataron más representantes y se consiguiendo más clientes. Pasó una década y en el 1970 las instalaciones se volvieron a quedar pequeñas por lo que la fábrica de Tórtola vuelve a trasladarse, esta vez a la carretera de Matola. 

En los setenta “El Roig” decide hacer una gran inversión para modernizar la fábrica. Gracias a esto se crean nuevas oficinas y un almacén para la venta directa al por mayor. El crecimiento era de ensueño, de esa pequeña fábrica que empezó buscando clientes en bicicleta y vendiendo unos pocos pares a una marca que manejaba ventas de 12 mil pares diarios. 

Durante estos años quedó atrás e modelo exclusivo en dos colores y se amplió la fabricación a nuevos tipos de zapatillas. La creciente demanda del mercado trajo nuevos materiales y así nacieron los deportivos de Tórtola. 

El año 1973 es una fecha clave para La Tórtola y la Perdiz. En ese momento se abre el taller de aparado, fabricación de PVC y la inyección directa al corte en Benijofar. Además las naves de Elche se convierten en el centro de logística y se crean un total de 11 almacenes de venta al mayor por toda España.

La producción sigue creciendo con el paso del tiempo y a finales de los 80 se sitúa en 25 mil pares al día, cifra que se mantuvo hasta el final del siglo XX. 

Han pasado más de 60 años desde que se inició esta aventura familiar en la que continúan inmiscuidos las generaciones posteriores a Francisco Pérez. En la actualidad hemos cambiado la bicicleta por el ecommerce, el trato puerta a puerta por el negocio online pero con la misma ilusión con la que se hizo volar a la Tórtola cuando “el Roig” fabricó el primer par de zapatillas. 

 

Las zapatillas Tórtola marcaron una generación. Fueron las favoritas de niños y adolescentes. Es por eso que estamos y estaremos eternamente agradecidos a los clientes que nos han permitido y ayudado a seguir con una marca que representa la ilusión de muchas generaciones. Además de a nuestros clientes, daremos siempre las gracias a todas y todos los trabajadores y trabajadoras que dieron vida y forma a este sueño. 

En el siglo XXI seguimos los mismo valores que, hace más de 60 años, hicieron de Tórtola una zapatilla líder. En esas décadas anteriores el mercado exigía calzar a gran parte de la población de un país que estaba afrontando una reconstrucción. Francisco Pérez Ibarra decidió que era tiempo de vender grandes cantidades de alpargatas a precios muy económicos. De esta manera priorizó, sobre todo, la calidad y la seriedad en el servicio, acercando sus modelos a todo tipo de consumidor. Porque lo importante en aquella época, como en muchos momentos de la vida, es calzarse y caminar para adelante. Él hablaba de sus compradores por igual, “todos nos respetan y pagan, tengan su comercio donde lo tengan, no olvidéis que sin excepción son Señores Clientes”. Y fue justo eso, la fidelidad de nuestros clientes y nuestro respeto, lo que hizo que las zapatillas Tórtola conquistaran el mercado español.

En aquellos tiempos la mejor técnica de marketing era la calidad y durabilidad de producto. Dos condiciones en las que Tórtola acertó de lleno, fabricado zapatillas cómodas, fuertes y duraderas y vendiéndolas a un precio asequible para todos los consumidores de la época. 

 

La calidad siempre ha sido una condición latente en nuestros fabricados. De hecho hubo una época en las que los modelos 10 y 11, zapatilla y bota, de Tórtola fueron las deportivas del ejército. 

 

En la actualidad la marca de calzado en Elche se ha trasladado al mundo online donde incluimos modelos que recuerdan a los clásicos que hicieron crecer a Tórtola. Nuestro servicio de entrega, de 24 a 48 horas, la calidad de los zapatos, la variedad y los precios nos sitúan como empresa líder en el mercado nacional. 

 

La Tórtola sigue viva y con el deseo de seguir volando muchos años más. Por eso recomponemos nuestro estilo y lo adaptamos a los nuevos tiempos con la misma sangre y espíritu que el fundador. 

Nuestras raíces corren por nuestras venas. Somos conscientes de que lo que ha hecho grande a Tórtola ha sido la calidad, la seriedad, el buen servicio y el respeto a nuestros clientes. Por eso, hoy en día, continuamos con los mismos valores y dándole un gran peso a la fabricación nacional, made in spain. En la actualidad continuamos con nuestra marca y también con nuestra fábrica de zapatillas en Elche. 

 

Érase una vez un cuento con todo de realidad y poco de ficción aunque suene a fantasía. Érase una vez una marca que nació hace más de 60 años y que hoy te sigue acompañando en el camino. Érase una vez la marca de tus abuelos, de tus padres y, hoy en día, la tuya. Érase, es y será la Tórtola quien estará a tus pies dispuesta a hacerte volar.

 

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